jueves, 28 de agosto de 2014

Cine: RUSH: Pasión y gloria

Cuando el cine europeo desea ser Hollywood.
 
Por Mateo Rodríguez

Rush: Pasión y gloria (Rush: Passion and glory, Gran Bretaña – Alemania / 2013). Dirección: Ron Howard. Con Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Olivia Wilde y Alexandra María Lara.


El campeonato de Fórmula 1 de 1976 tuvo un final "de película". No conviene dar detalles sobre su desenlace por si algún espectador ajeno al automovilismo desconoce aquella historia, pero lo cierto es que la rivalidad entre dos personalidades y estilos opuestos (el pragmático y obsesivo piloto austríaco Niki Lauda contra el arrojado e impulsivo británico James Hunt) y el épico final que se produjo "pedían" una reconstrucción en todo su esplendor para la pantalla grande.

Con un presupuesto inferior al de su exitosa película APOLLO 13 ($32 millones de dólares) y más corta que la misma (120 minutos), Ron Howard logra encontrar los actores exactos para representar esta historia real con más precisión, como lo es Chris Hemsworth (el más conocido de los hermanos Hemsworth) en el papel de Hunt, que logra casi una “reencarnación” del piloto ya fallecido en la realidad, tanto con sus diálogos con el perfecto acento inglés como con sus gestos que le añade credibilidad al momento de enfrentarse con el que sería su eterno rival en el Gran Prix, el austriaco Lauda (Daniel Bruhl) que con su habilidad y destreza para conducir los pequeños bólidos, iniciara una “extraña” relación competitiva con James Hunt por ver quién de los dos corredores posee más títulos.

Se puede decir que en esta película, no solamente se concentra en el espíritu competitivo, sino que también, en la vida social o “fuera de la pista” de los corredores. Con esto quiero decir, que Howard, también le dedica una gran parte de la película a la vida social tanto de Hunt como de Lauda, debido a que ambos competidores van a recibir tanto un gran apoyo como decepción de sus esposas.
En el caso de Lauda, él se va a ver involucrado con Marlene (Olivia Wilde) una joven de familia burguesa que va a cumplir un importante papel en la vida del competidor austriaco al momento que el mismo sufre un grave accidente en una carrera de F1 que le va a costar la visible deformidad del 80% de su rostro, Marlene va a ser vital para brindar su apoyo para que Niki vuelva a las carreras.
Por el lado del británico Hunt, este se va a ver involucrado con Suzy Miller, una exitosa modelo americana con la que se casará pero, a consecuencia de la gran cantidad de derrotas consecutivas, se va a poner en peligro su matrimonio, terminando así en su divorcio en lo que pondrá al carismático corredor británico en un pozo depresivo en el que en un corto plazo, y con ayuda de sus compañeros de equipo, logrará salir y competir volviendo así a ser el eterno rival de Niki Lauda.

En esta película, se puede destacar todo. Los giros de narración, en el dramatismo, y en la credibilidad de cada escena, debido a los interesantes diálogos durante los enfrentamientos entre ambos competidores, sumándole los espectaculares y emocionantes efectos que logra enfocar Howard antes y durante de cada carrera.

Si bien Rush, está enfocada a representar la “vida competitiva” entre las leyendas de la Formula 1, el austriaco Niki Lauda y el británico James Hunt, desde el punto de vista del marketing, se puede decir que no tuvo una gran trascendencia. Aunque el director americano realizara importantes tomas (algunas de ellas “muy” directas) tanto a marcas de autos como lo son Ferrari, Ford, Mercedes – Benz y también a accesorios para autos como aceites y marcas de neumáticos para los vehículos (en el caso de Castrol y Good – Year) no se logró captar ninguna jugada de marketing, sino que todo lo contrario, se logró realizar fantásticas tomas de los bólidos.

Más allá de ciertos estereotipos a la hora de desarrollar la psicología de los personajes, Rush cumple con lo que promete: hay excelentes escenas de carreras (los expertos seguramente encontrarán algunos errores y "licencias históricas") con pequeñas cámaras instaladas en los lugares más insólitos y la ayuda inestimable de las imágenes generadas por computadora y acompañadas con espectaculares efectos de “Slow – motion” y dos personajes irresistibles y un final de antología, provocan en el espectador una sensación única, que solo es posible sentirla al presenciar un film “made in Hollywood”. Asi que a ajustarse los cinturones y dejarse llevar por la velocidad, la adrenalina y el disfrute de este gran producción europea.










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