Más
de lo mismo.
Por Noelia Da Fonseca
Dirección: Josh
Boone. Guión: Scott Neustadter y Michael H.
Weber. Elenco: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat Wolff,
Laura Dern, Sam Trammell, Willem Dafoe, Lotte
Verbeek. Producción: Marty Bowen y Wyck Godfrey.
El
fetiche de los norteamericanos para con los enfermos terminales y/ o
los discapacitados se ha colado de una manera lastimosa en el cine,
casi siempre derrapando en lo grotesco y con un acento narrativo que
pretende ser “emotivo” según este nuevo estilo. Los
representantes más nefastos de la nueva corriente se unieron uno
tras otro durante las últimas décadas, por lo que las pantallas
padecieron una ola de mamarrachos -entre cursis y sádicos- que
convencionalmente gozaron la aceptación de parte de la crítica y el
público que “reparte” distintos premios alrededor del mundo.
Con el
transcurso de los años además de tratar temáticas sensibles y
expuestas las películas se han convertido en un montón de películas
mezcladoras de romance y desgracia llevadas al extremo, tal es el
caso de la película” Bajo
la misma estrella”,
adaptación del libro de Jhon Green del mismo nombre en donde 12
millones de dólares son invertidos en promocionar 160 minutos de
sentimentalismos irracionales, lo fácil y lo estrafalario.
La
historia trata de Hazel y a Gus a quienes les gustaría tener vidas
más corrientes, son solo adolescentes, pero si algo les ha
enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para
lamentaciones, porque, les guste o no, solo existe el hoy y el
ahora. Es
por ello, que con la intención de hacer realidad el mayor deseo de
Hazel (conocer a su escritor favorito), cruzarán juntos el Atlántico
para vivir una “aventura” contrarreloj con destino a Amsterdam el
lugar donde reside el escritor, la única persona que ayuda a
“ordenar” las piezas del puzzle
del que forman parte.
Si
bien el espectador promedio está aburrido de este tipo de películas
con el mismo centro, pegando en la misma parte, de similar temática,
el argumento viene siendo aceptable hasta el momento del viaje de los
protagonistas
donde la película se llena de metáforas, aglomeraciones, frases
hechas y hechos insólitos, que escapan de la realidad que quizás
nos podía ofrecer inicialmente un argumento serio que trata la
temática de una enfermedad.
Ni Neustadter ni Weber ambientan el guión a lo creíble, lo
cotidiano. Todo es extraordinario, todo se vive intensamente, tanto
que el público pasa de la sorpresa al rechazo. Que sea una película
no significa que deje de tener veracidad y elementos comunes, lo que
carece totalmente este filme.
Lo terrenal que se venía obteniendo de la película (que es sin
dudas uno de los aspectos que más atrapa al público) se desvirtúa,
se difumina y cambia radicalmente a sumir a la audiencia a una nube
de cursilería, con un chiste
por un lado y canciones tristes y melodramáticas por otro y así
pretende arrastrarnos a un mundo que quiere ser real pero que está
manejado con más matemática que corazón.
“Bajo
la misma estrella” es torpe, absurda y manipuladora, una
película demasiado fácil de destruir. Es el “boom” de los
jóvenes ahora ya que toca temas sensibles, el amor y su
imposibilidad, el tiempo, el misterioso destino,
la vida. Se maravillan, se emocionan, salen conmovidos del cine, sin
embargo, en vez de comprender (que no es lo mismo que justificar)
eligen no entender y no entender generalmente camina de la mano con
criticar libremente en espacios virtuales, con sus amigos y formar
parte de la opinión pública sobre una película en determinada
región, donde se prefiere la alteración y exaltación con un hecho
superficial, que el detenerse a razonar su contenido, lo que nos
aporta y que clase de “amor sufrido” o de telenovela nos está
aportando y haciendo ver como “realidad”.
En
cuanto a la actuación seguramente los fanáticos de sagas
cinematográficas estarán familiarizados con Shailene
Woodley
(protagnonista)
gracias
a títulos como 'Los
descendientes'
(2011) o 'Divergente'
(2014), Sin embargo, Woodley se reencuentra en 'Bajo la misma
estrella' con Ansel
Elgort
(también protagonista) quien ya había dado vida a
su hermano en 'Divergente'. La cuestión es que, dentro de unos
límites impuestos por el guión y la trama monótona, aburrida y que
busca permanentemente la lágrima, ambos manejan bastante bien el rol
del sufrimiento y dolor que exige la película. En este sentido el
espectador se somete al “algo es algo” y se conforma con la
actuación aceptable. Pero no dejará de criticar lo que nos ofrece
“Bajo la misma estrella”…un trailer delicado y prometedor que
termina cayendo en lo simple, lo ordinario y lo burlesco de los
romances truncados de las novelas adolescentes.
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