Por Gastón Martinez
Desde principio de las vacaciones de verano, yo y mis vecinos amigos tuvimos problemas con una vecina en particular. Esta señora “odiaba” cuando nosotros jugábamos al fútbol en la calle y cerca de su casa. En diversas ocasiones esta señora nos echaba si nosotros estábamos jugando al fútbol en frente a su casa o solo cuando estábamos hablando en la vereda.
Un día que yo no salí porque estaba enfermo pero mis amigos se juntaron igual e hicieron lo mismo de siempre hasta que esta señora otra vez les dijo que se fueran cerca de su casa, mis amigos cansados por lo reiterativa de nuestra vecina se enojaron porque ella no los dejaba usar la calle libremente así que empezaron a discutir. Eduardo, uno de mis amigos, fue el que produjo la discusión que además de eso la insultó.
Luego de este acontecimiento la vecina entro a su casa y mis amigos a las suyas. Al otro día a mediados de la tarde llama la policía a mi casa diciendo que esta señora nos había puesto una denuncia a mí y a mis amigos por hacer lo que hicimos. Obviamente después de que mi madre me dio la noticia me enojé por lo que había hecho Eduardo, principalmente, que si no fuese por él capaz la denuncia no se hacía.
Al día siguiente volvimos a salir y todo ocurrió con normalidad. Esto siguió así durante un par de semanas hasta que un día llego una patrulla de policía y el patrullero nos dijo que no podíamos estar jugando al fútbol cerca de la casa de la señora que nos denunció. A partir de ese día tenemos que juntarnos a jugar al fútbol en otra cuadra o sino vamos a la plaza que queda a un par de cuadras de nuestras casas.
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